Durante casi 17 años, Pequeño fue más que una mascota: fue compañero de vida de nuestra familia, especialmente mío. Un confidente silencioso y el corazón palpitante que dio sentido y alegría a nuestros días. Su ternura, mirada cómplice y presencia de héroe protector dejaron huellas imborrables en cada rincón del hogar… y del alma.

Una pregunta que lo transformó todo

Su partida trajo silencio… pero también inspiración. En medio del duelo, nació una pregunta profunda: ¿Cómo podemos cuidar mejor a quienes nos aman sin palabras? Con la guía amorosa de su médico veterinaria de toda la vida, y la llegada de nuevas almas peludas —KaLa, Luna y Zía— con sus historias de amor y supervivencia, pusimos en práctica todo lo aprendido. Fue el momento de actuar.

KaLuZÍ: Un proyecto con propósito

Al ver cómo grandes marcas perdieron su calidad humana y empatía hacia los tutores y sus mascotas, nació KaLuZÍ. No solo como una marca orgullosamente mexicana, sino como un homenaje a Pequeño y a cada mascota que merece ser tratada como familia.

Nuestra filosofía: Mi mascota, mi familia

Cada producto que ofrecemos, cada consejo que compartimos, cada material que diseñamos es el abrazo que nos hubiera gustado seguirle dando a Pequeño. Nuestra campaña “¡Mi Mascota, Mi Familia!” dignifica ese vínculo que nos enseñó a sentir. KaLuZÍ no solo vende productos: brinda apoyo a quienes, como nosotros, ven a sus mascotas como miembros esenciales de su familia.

Por ello, en cada pedido servimos a dos clientes: tú y tu compañero peludo. En KaLuZÍ creemos que nuestros clientes tienen dos voces: la de quien hace el pedido y la de quien lo recibe y olfatea con entusiasmo, moviendo la colita. Por eso, cada decisión, cada envío, cada producto está pensado con un doble compromiso: ayudar a quien cuida y alegrar a quien espera. Porque para nosotros, tu mascota… es nuestra prioridad también.

Su presencia eterna

Hoy, Pequeño vive como un angelito de alitas suaves y aureola brillante, guiando este proyecto desde su celestial “Prado de los pelitos” (conoce este hermoso cuento aquí). Su foto principal descansa cerca de mi cama y ocupa un lugar especial en nuestra ofrenda anual de Día de Muertos. Su retrato, dibujado con amor, marca el inicio de cada historia que deseamos contar: historias donde el amor nunca desaparece… solo se transforma.

Te amamos en la eternidad

KaLuZÍ existe para honrar ese tipo de amor: el que no se mide en años, sino en momentos compartidos, en caricias silenciosas, en fidelidad absoluta. Gracias, Pequeño, por enseñarnos que los vínculos verdaderos merecen ser celebrados siempre.

Tu alma peluda es nuestra brújula. Hoy y siempre.